1 Reconocer nuestras necesidades
Reconocer el vacío espiritual en que se encuentran nuestras vidas y admitir nuestra impotencia para corregir, por nosotros mismos, nuestros defectos personales.-
Reconocer el vacío espiritual en que se encuentran nuestras vidas y admitir nuestra impotencia para corregir, por nosotros mismos, nuestros defectos personales.-
2 Creer en Dios
Comenzar a creer en Dios, y que él, como Padre espiritual y Amigo amoroso, mora en nosotros.-
3 Aceptar la gracia de Dios
Reconocer que en la ausencia del poder divino no podemos responder de forma espiritual a la vida y ver que todos los atributos espirituales son dones de Dios que no podemos ganar sino aceptarlos gratuitamente.-
Comenzar a creer en Dios, y que él, como Padre espiritual y Amigo amoroso, mora en nosotros.-
3 Aceptar la gracia de Dios
Reconocer que en la ausencia del poder divino no podemos responder de forma espiritual a la vida y ver que todos los atributos espirituales son dones de Dios que no podemos ganar sino aceptarlos gratuitamente.-
4 Admitir nuestros defectos
Reconocer nuestras malas acciones y arrepentirnos con toda sinceridad, confesar nuestras equivocaciones ante Dios y poner nuestra confianza en un amigo fiel. Sin la posibilidad de errar, nunca se podrá crecer en la lealtad a algo superior. "Sí, lo haré" no tendría ningún valor si uno no puede decir, "No, no lo haré." La libertad que nos ha dado Dios para vivir y obrar en el mundo nos confirma que cometeremos errores, de otra manera lo que parece ser un mar de libertad se convertiría en un mero espejismo en el desierto.-
5 Perdonar a los demás
Con la ayuda de Dios perdonar a todas las personas que alguna vez nos hicieron daño.-
6 Pedir a los demás que nos perdonen
Sin tener en cuenta el costo emocional o económico que resultará, pedir perdón a todos los que le hicimos daño e hicimos lo mejor que pudimos para restituirles por completo, excepto en aquellos casos en los que al hacerlo podíamos haberles ocasionado algún daño mayor.-
7 Aceptar el perdón de Dios
Aceptar plenamente el perdón de Dios y la erradicación espiritual de todas nuestras malas acciones y defectos.-
8 Vivir una nueva vida
Tomar la decisión de vivir una nueva vida, dejando atrás la ira, la ansiedad, la impaciencia, el orgullo y el miedo, rehusando aferrarnos o alimentar estas reliquias de nuestro pasado. Sin tardar más, admitimos nuestros fallos y nos negamos a volver a albergar nunca más sentimientos de culpa.-
9 Comprometernos
Calcular el costo y descubrimos que la única vida que merece la pena vivir es la basada en la verdad y en la dedicación a nuestro amoroso Padre celestial. De todo corazón, entregamos cada aspecto de nuestras vidas a Dios y nos comprometemos a hacer su voluntad.-
10 Orar
Mediante la oración, la meditación, la adoración y la comunión espiritual mejoramos nuestro contacto consciente con Dios y compartimos nuestra vida interior con él.-
11 Conseguir un equilibrio entre lo físico y lo espiritual
A medida que Dios nos otorga el poder de cambiar nuestros objetivos materiales por los espirituales, pasamos por conflictos en nuestras vidas, pero estamos ya consiguiendo un mejor equilibrio entre nuestras necesidades humanas y nuestra vida espiritual.-
12 Perseverar en nuestra búsqueda
Perseverar en nuestra búsqueda ,confiando que se cumpla el tiempo fijado por Dios para nuestro despertar espiritual. Estamos buscando sabiduría para conocer cuál es la voluntad de Dios y paciencia para que se cumpla en todas las cosas.-
13 Adquirir perspectiva
Valorar tanto lo inevitable como las compensaciones que la vida nos ofrece, a medida que comenzamos nuestra ilimitada exploración de la creación de Dios.-
14 Tener fe
Tener fe en que el plan de Dios para nosotros es el mejor que nos podemos imaginar y que nuestra mayor alegría está en hacer su voluntad. Experimentamos la libertad espiritual de aceptar la acción de nuestro Padre en el resultado de los actos que acometemos con fe.-
15 Sentir seguridad
Darnos cuenta de la incesante preocupación de Dios por nuestro crecimiento espiritual. Comenzamos a sentirnos mucho más seguros del amor incondicional del Padre y a sentir una paz interior que no alcanzamos a comprender.-
16 Profundizar en nuestra comunión con los demás
Compartir nuestra vida espiritual más plenamente con otras personas y creciendo más unidos en la amistad. Cada vez más, apreciamos, respetamos, confiamos y contamos con otras personas.-
17 Servir a los demás
Trabajar juntos con más iniciativa y entusiasmo para servir a nuestros semejantes de forma duradera, reconociendo que así servimos y honramos al Padre que está en los cielos.-
Darnos cuenta de la incesante preocupación de Dios por nuestro crecimiento espiritual. Comenzamos a sentirnos mucho más seguros del amor incondicional del Padre y a sentir una paz interior que no alcanzamos a comprender.-
16 Profundizar en nuestra comunión con los demás
Compartir nuestra vida espiritual más plenamente con otras personas y creciendo más unidos en la amistad. Cada vez más, apreciamos, respetamos, confiamos y contamos con otras personas.-
17 Servir a los demás
Trabajar juntos con más iniciativa y entusiasmo para servir a nuestros semejantes de forma duradera, reconociendo que así servimos y honramos al Padre que está en los cielos.-
18 Compartir nuestra vivencias espirituales con los demás
Estar dispuestos a aceptar tanto el deber como el privilegio de compartir la buena nueva y estamos deseosos de transmitir a nuestros semejantes este conocimiento del amor de Dios.-
Estar dispuestos a aceptar tanto el deber como el privilegio de compartir la buena nueva y estamos deseosos de transmitir a nuestros semejantes este conocimiento del amor de Dios.-
19 Amar a los demás
Valorar cada vez más a los demás como a los hijos e hijas amados de Dios, y nos esforzamos por amar a cada uno de ellos como el Padre de los cielos hace.-
20 Amar a Jesús
Empezar a conocer y a amar a Jesús, y nuestra amistad con él está dando a nuestra vida propósito y entusiasmo.-
21-Amar a Dios
Crecer en nuestro conocimiento, amor y adoración del Padre Celestial, fuente de ese infinito amor que nos ha creado y nos sustenta.-
Valorar cada vez más a los demás como a los hijos e hijas amados de Dios, y nos esforzamos por amar a cada uno de ellos como el Padre de los cielos hace.-
20 Amar a Jesús
Empezar a conocer y a amar a Jesús, y nuestra amistad con él está dando a nuestra vida propósito y entusiasmo.-
21-Amar a Dios
Crecer en nuestro conocimiento, amor y adoración del Padre Celestial, fuente de ese infinito amor que nos ha creado y nos sustenta.-
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